LAS PRISIONES EN EL
PERONISMO CLÁSICO
LA ERA DE PETTINATO
*** Nunca antes y nunca
después se prestó tanta atención
-y se destinó tanto dinero-
a lo que ocurría en las cárceles.
Hace varios años intento desentrañar y comprender la dimensión de la reforma carcelaria
que hizo Roberto Pettinato, Director General de Institutos Penales, como antes se denominaba
al Servicio Penitenciario Federal. Esa importante transformación intentó mejorar la vida de
los penados y de los agentes penitenciarios. Sobre los primeros, se atendió a la salud, la
alimentación, el deporte, el trabajo, las visitas íntimas y la vida cultural, para que
pudieran reinsertarse de manera exitosa en la sociedad una vez que recuperaban la libertad.
También se cerró la cárcel de Ushuaia, conocida como “La Siberia criolla”, por sus inhumanas
condiciones extremadas por el frío austral, se eliminaron los grilletes para los traslados,
el traje a rayas y el corte de pelo al ras, etc. En lo que respecta a los agentes, sus sueldos
se vieron mejorados, tuvieron un sistema de jubilaciones y pensiones, se jerarquizó su
profesión y pudieron formarse en la nueva Escuela Penitenciaria, entre otras medidas.
Pettinato estableció importantes lazos con diversos países de América Latina, a través de
viajes de estudio, asesoramiento técnico, congresos, publicaciones en revistas, etc. Con
el golpe militar que derrocó al presidente Juan Domingo Perón en 1955, Pettinato tuvo que
refugiarse varios años en una embajada en Ecuador. Su exilió duró casi dos décadas.
Reconstruir aquella época de su vida también es parte de lo que hago.
Pettinato dijo: “que la revolución llegue a las cárceles” , y de algún modo considero que sí,
lo intentó y en parte lo logró. La reforma penitenciaria que impulsó fue la más importante de
la historia argentina: nunca antes y nunca después se prestó tanta atención -y se destinó tanto
dinero- a lo que ocurría en las cárceles. Incluso el presidente Perón y Evita visitaron las
cárceles en numerosas ocasiones. Sabrán ustedes que las prisiones no son una prioridad en
nuestra sociedad (atravesada por múltiples problemas: inflación, desocupación, bajos salarios,
inseguridad, etc.) y que es, como se dice popularmente, un tema “pianta votos”, por eso no
suele aparecer en el discurso de ningún sector político (desde la derecha hasta la izquierda).
Creo que estudiando y conociendo aquella gran reforma, podemos tener algunas ideas para
intentar mejorar la situación actual, la calidad de vida de los internos/as y que al cumplir
la pena y salir en libertad, puedan contribuir a la sociedad de la que forman parte.
Les sugiero dos trabajos, si los leen y quieren ampliar ¡me contactan!